Bogotá, el ocio creativo y el Estudio para La lección de guitarra.
Uno de los más grandes sueños de todo artista es el hecho de tener la posibilidad de disponer del tiempo necesario para dedicarse de lleno a su inspiración y yo lo estoy cumpliendo. Estos 6 días que he pasado en Bogotá, ciudad en la que conocí a mi bella esposa, han sido plenos para este fin. La cantidad y calidad de los museos; la inclinación con la que cae el sol al final de la tarde; las calles pobladas de mendigos, obreros, oficinistas y “buscalavidas”; los aguaceros que se descargan como una oportunidad para lavar las impurezas de la metrópoli; el conocer nueva gente y, en consecuencia, nuevos modos de afrontar la vida y seguir luchando han sido como un electroshock de melodías en mi corazón. Fue en el Museo Botero de la Casa de la Moneda donde encontré (o me encontró) un dibujo de Balthasar Kłossowski de Rola, más conocido como Balthus, que lleva el título de Estudio para la Lección de guitarra. El título y el dibujo no podían menos que llamar mi atención entre todas las obras que se pueden apreciar ahí y esto por varias razones: no me considero (porque no soy) EL guitarrista, siento que de modo permanente debo seguir aprendiendo, tomando lecciones, mejorando; y, en segundo lugar, porque la desnudez de la obra es perturbadora. El dibujo completo, o sea, La lección de guitarra, representa a una mujer mayor acariciando a una púber de rostro impasible que no parece muy disgustada de la acción. Según algunos estudiosos de su obra, “Balthus quiere subrayar que el aprendizaje del arte, el de tocar la guitarra en este caso, culmina después de la iniciación a los más profundos misterios de la carne, el placer y el deseo…” . ¿La intención estética de la obra nos libera de los juicios morales o por fuerza la estética y la ética deben ser parte de la obra artística en idéntica proporción? Como es obvio, dejo la pregunta para los estudiosos. Yo me conformo con “dejarles picando” la pregunta y con la canción que me inspiró la misma y con la que trato de responder a ella. Los abrazo mucho, como siempre, con abrazos troveros para trovos.
Estudio para La lección de guitarra
La luz que aquieta los silencios
nos libra de la imperfección.
Allí donde alguien ve el pecado
otro ve la salvación.
Pudor de piernas entreabiertas.
Oculto el rostro, el corazón.
Secretos labios se encarnecen
entre re y sol mayor.
Una lección para guitarra
Una que no puedo entender
El final es la partida
Nunca dejas de aprender
El reino de la hipocresía
seguro te condenará.
Lo más sublime es lo más duro.
No soportan la verdad.
Una lección para guitarra…
Bogotá, 10 de enero de 2014.